Historia de la Montería en España. Duque de Almazán. 1934

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Edición facsimilar realizada en 1981 por Ediciones Giner de la obra “Historia de la Montería en España”, por el Duque de Almazán en 1934.

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ISBN: 9788472731073 Categoría:
Reference: 955BIB Etiquetas: Fabricante:

Descripción

Edición facsimilar realizada en 1981 por Ediciones Giner de la obra “Historia de la Montería en España”, por el Duque de Almazán en 1934.

Según el ISBN el autor fue Alfonso de Mariátegui y Pérez de Barradas, quien en 1934 era Duque de Almazán consorte. En otros sitios se indica como autor a Carlos Martietegui, Duque de Almazán. En el libro no se hace mención al autor concreto.

Edición numerada y limitada a 2.000 ejemplares, encuadernados en piel roja editorial con escudo y con hierros dorados con motivos cinegéticos, lomo con nervios y muy dorado, corte superior dorado, papel de alto gramaje crema. Formato 26 x 34,5 x 8,3 cm. 576 páginas con numerosas ilustraciones y facsímile de portadas y de manuscritos entre texto, más otras 64 páginas con imágenes a color fuera de paginación.

“En España estuvieron prohibidas para la caza mayor hasta la llegada del Emperador Carlos V desde Flandes, quien fomentó y autorizó, para asombro de muchos, el uso del arcabuz en la montería. Durante otro par de siglos el caballo siguió presente en la montería, y seguía empleándose para el alcance y obtención de los jabalíes con azagayas, venablos y lanzas. Pero ya Martínez de Espinar en 1644 empieza a titular capítulos de su libro como «Montería con lanza» (a caballo), para diferenciarlos de la montería a pie (con arcabuz). Ambas coexistían cubriendo ya las armadas o las huidas lejanas con arcabuces, que tiraban si el jinete no alcanzaba la caza antes. Pero los arcabuces eran más fáciles de comprar, mantener y transportar que los caballos, lo que les permitió invadir los campos perfeccionándose luego como escopetas y rifles con precisión y alcance impensables ya en el siglo XX, de forma que el caballo quedó relegado en la montería pero siempre muy presente dentro de las manchas donde muchos rehaleros buenos conducían sus perros a caballo durante la batida, transportando las rehalas de finca a finca siguiendo al caballo o ayudando a sacar las canales del monte junto con los mulos.”

Ejemplar nuevo, a estrenar, en perfecto estado.

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